Dulce cereza entre el bullicio de los que no se sacian.
El óxido de tu nave y el recuerdo de tu mano agitada diciéndome adios se asoman al acercarse el invierno.
Permaneces recargada sobre la pared blanca; la sombra a la izquierda de tu rostro acentúa tus gestos.
Gestos que me persiguen.
... Ya hace un tiempo que lo escribi... saludos
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